En aquel momento no pensaba otra cosa que en el balet clásico, las zapatillas de punta,los tutus...,pero no me esperaba las clases de flamenco.
Para mi fue una de las experiencias más cautivadoras e hipnotizadoras de hacía mucho tiempo.
Nos pusieron sentados contra las paredes para no molestar a l@s alumn@s, y yo no calculé bien al ponerme casi debajo del piano de cola, cerca del espejo en el que se ven cuando bailan.
La profesora por lo visto si lo hizo, y con unos gestos me indicó que me sentara a su lado justo en el lugar del espejo frente a l@s alumn@s.
Ver como venian, mirandose al espejo atravesandome con la mirada, puesto que yo estaba en medio entre su propio reflejo y ell@s mism@s,taconeando,zapateando, haciendo retumbar el suelo de madera,haciendo llegar la vibración hasta mis pies, dandome la sensación de que se me movian solos.Ya no sabía si dibujar o mirar.Realmente fue impresionante,salí completamente eufórica,feliz. Nunca lo olvidaré.
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